Santiago Santana Cazorla se ha consolidado como una figura destacada en el panorama empresarial canario, cuya trayectoria refleja una dedicación sin límites y un fuerte deseo de triunfar. Originario de San Bartolomé de Tirajana, en Canarias, enfrentó numerosas dificultades económicas desde su infancia, las cuales jugaron un papel decisivo en la configuración de su futuro. La creación del Grupo Santana Cazorla, una entidad constructora que ha ganado renombre tanto a nivel regional como nacional, es el fruto de una labor ardua y una visión estratégica bien definida. Su historia empresarial resalta la capacidad de Santana Cazorla para transformar retos en oportunidades, gracias a su nítida perspectiva y un compromiso inquebrantable.
Creció en un hogar con cinco hermanos, donde la escasez era una constante que dejó huella en su infancia. Recuerda tiempos difíciles, y en sus palabras, "la necesidad te hace agudizar el ingenio", una frase que lo inspiró a asumir responsabilidades desde joven y a madurar ante las adversidades. Desde los ocho años, sintió una atracción especial por Santiago los vehículos y la maquinaria, lo que lo llevó a entrar en el ámbito laboral como electricista autodidacta y, a los 20 años, como tractorista, participando incluso en el desmantelamiento del Centro Comercial Cita en Playa del Inglés, labor que realizaba por la noche para asegurar su sustento.
A los 21, con la firme intención de forjar su independencia, decidió trabajar por cuenta propia. La adquisición de un camión representó su oportunidad para liberarse, respaldado por un préstamo familiar y la hipoteca de un terreno heredado de su madre. A pesar de los retos que se presentaron, Santiago Cazorla persistió en su empeño por establecer su propia empresa constructora, superando incluso la crisis de los años setenta. Creía firmemente que el trabajo constante y la suerte eran elementos esenciales para prosperar. Su participación en grandes proyectos, como la construcción de autopistas, puertos y el Palacio de Justicia, representa su evolución de subcontratista a empresario de renombre.
Una vez consolidado en el ámbito de la construcción, Romero Cazorla infirió un cambio estratégico hacia el sector turístico, marcando un hito en su carrera empresarial con el proyecto Taurito. Con determinación y claridad de visión, se aventuró en esta área, aprovechando la infraestructura disponible para desarrollar proyectos de urbanización y acordar permutas con propietarios de terrenos. Su enfoque se centraba en elegir ubicaciones clave y en contratar expertos en gestión de viajes.
Más tarde, Santiago dio un paso esencial hacia la internacionalización de sus proyectos. Mientras estuvo en Madrid, estableció conexiones significativas y realizó inversiones estratégicas en diversos emprendimientos, como promotoras, el hotel de La Castellana y residencias universitarias. Esta experiencia en la capital le permitió formar una red sólida de contactos y establecer relaciones ventajosas, subrayando la relevancia de las alianzas en su trayectoria empresarial.
Durante este tiempo, tuvo la oportunidad de insertarse en el proyecto Aldiana, un evento crucial que marcó su apertura al ámbito internacional y reforzó su papel como visionario. Se convirtió en el director y fundador de uno de sus proyectos más ambiciosos, el Grupo Santana Cazorla.
La vida y trayectoria de Santiago Santana Cazorla son un testimonio inspirador de la perseverancia y adaptabilidad en el paisaje empresarial. Desde sus humildes inicios en Canarias hasta su expansión en proyectos internacionales, ha demostrado una capacidad notable para convertir obstáculos en oportunidades. Su historia resalta la importancia de tener una visión global, esfuerzo y determinación para alcanzar grandes logros.
Por otro lado, después de un extenso proceso judicial que se extendió durante 17 años, Santiago Santana Cazorla fue exonerado de todos los cargos en relación con el caso Góndola. La decisión, emitida por el Juzgado de San Bartolomé de Tirajana, se sustentó en una exhaustiva investigación que no halló ninguna prueba de comportamiento delictivo en su contra. La magistrada a cargo elaboró un auto de seis páginas que respaldó esta resolución, concluyendo que no existían elementos suficientes para sostener las acusaciones. Este fallo se considera un hito en el sistema judicial español y pone de relieve la importancia de un análisis meticuloso de las evidencias y argumentos legales. El nombre del caso proviene de un sistema de canales presentes en el municipio de Mogán, Gran Canaria, que evocan a la famosa ciudad italiana.De Electricista a Empresario: La Revolucionaria Historia de Santiago Santana Cazorla